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Las cordales se deben sacar: motivos, proceso y recuperación

Se deben sacar las cordales

Las cordales, comúnmente conocidas como muelas del juicio, son los terceros molares que generalmente emergen en la parte posterior de la boca entre los 17 y 25 años. Estas muelas son las últimas en aparecer, y en muchos casos, pueden no tener suficiente espacio para crecer adecuadamente, lo que lleva a una serie de complicaciones.

Una de las preguntas más frecuentes que recibimos en la consulta es si las cordales se deben sacar. Esta duda surge principalmente porque no todas las personas experimentan síntomas inmediatos cuando las cordales comienzan a crecer, y muchas veces pueden estar asintomáticas durante un tiempo prolongado. Sin embargo, en una gran cantidad de casos, la extracción de cordales es recomendada de manera preventiva para evitar problemas futuros como infecciones, dolor, y daño en los dientes adyacentes.

En este blog, responderemos a todas las interrogantes sobre por qué las cordales se deben sacar, cuándo es el momento adecuado para hacerlo y qué riesgos o beneficios están involucrados en este procedimiento.

¿Qué son las cordales y por qué pueden ser un problema?

Las cordales, también conocidas como muelas del juicio, son los últimos dientes en desarrollarse y erupcionar en la boca. Normalmente, aparecen entre los 17 y 25 años, cuando el resto de los dientes ya están completamente formados. Al estar ubicadas al final de cada línea dental (cuatro en total: dos superiores y dos inferiores), las cordales tienden a ser las últimas en emerger. Aunque estas muelas tienen una estructura similar a los molares regulares, su función masticatoria es limitada, especialmente cuando no tienen suficiente espacio para crecer adecuadamente.

El problema principal asociado con las cordales es que, en la mayoría de los casos, no tienen el espacio necesario para erupcionar completamente. Esto se debe a que, con la evolución, las mandíbulas humanas se han reducido en tamaño, pero la cantidad de dientes sigue siendo la misma. Esta falta de espacio provoca que las cordales queden retenidas o impactadas. Es decir, permanecen atrapadas debajo de la encía o crecen en una posición incorrecta, generando complicaciones para la salud bucal.

Entre los problemas más comunes asociados con las cordales retenidas se encuentran:

Estas complicaciones son las razones principales por las que los dentistas y cirujanos maxilofaciales recomiendan la extracción de cordales. Aunque no todas las personas presentan síntomas inmediatos, muchos especialistas optan por la extracción preventiva, especialmente en pacientes jóvenes, para evitar futuros problemas y complicaciones de mayor gravedad. Es importante consultar con un profesional si se presentan molestias o si las cordales están comenzando a erupcionar, para determinar si las cordales se deben sacar antes de que causen daños a largo plazo.

¿Cuándo se deben sacar las cordales?

La decisión de extraer las cordales no depende únicamente de la presencia de dolor o incomodidad. En muchos casos, las cordales se deben sacar de manera preventiva antes de que aparezcan complicaciones más serias, como infecciones o desplazamiento de los dientes vecinos. Aunque algunas personas pueden convivir con sus muelas del juicio sin experimentar problemas, hay varias situaciones en las que los dentistas y cirujanos maxilofaciales recomiendan la extracción de cordales.

A continuación, mencionamos los casos más comunes en los que la extracción de cordales es necesaria:

Cuando las cordales no tienen suficiente espacio para emerger completamente, pueden quedar atrapadas bajo la encía o el hueso maxilar. Estas cordales retenidas o impactadas tienden a causar dolor, inflamación o incluso infecciones recurrentes. Además, una cordal retenida puede dañar las raíces de los dientes adyacentes o generar la formación de quistes.

En algunos casos, las cordales solo emergen parcialmente, lo que deja parte de la muela expuesta mientras que el resto queda cubierto por la encía. Esta situación crea una zona de difícil acceso para la limpieza, permitiendo la acumulación de bacterias y restos de comida que pueden causar caries o infecciones. Las cordales parcialmente erupcionadas también pueden irritar las encías, generando dolor y malestar continuo.

Una de las razones más comunes para extraer las cordales es la aparición de infecciones en el área alrededor de las muelas. La inflamación y la acumulación de bacterias en las encías pueden provocar una infección conocida como pericoronitis, la cual puede ser dolorosa y recurrente si no se trata. Si las infecciones son frecuentes, es probable que el dentista recomiende la extracción para evitar futuros problemas.

Cuando las cordales intentan emerger en un espacio limitado, pueden empujar otros dientes, causando problemas de alineación. Esto es especialmente problemático en personas que han recibido ortodoncia, ya que el movimiento de los dientes causado por las cordales puede afectar los resultados obtenidos con los aparatos. Además, la presión que ejercen las cordales sobre los dientes vecinos puede desgastar el esmalte dental y aumentar el riesgo de caries.

En algunos casos, una cordal impactada puede provocar la formación de un quiste, que es una bolsa llena de líquido que se desarrolla en el hueso maxilar. Los quistes no tratados pueden expandirse, dañando el hueso circundante y las raíces de los dientes cercanos. Aunque es menos común, en situaciones graves, los quistes pueden evolucionar en tumores que requieren intervención quirúrgica mayor.

Incluso si las cordales no causan problemas inmediatos, los dentistas suelen recomendar la extracción como medida preventiva, especialmente en pacientes jóvenes. En la adolescencia y principios de los 20 años, las raíces de las cordales no están completamente formadas, lo que facilita la extracción y reduce el riesgo de complicaciones postoperatorias. Dejar que las cordales permanezcan hasta una edad avanzada puede hacer que su extracción sea más difícil y aumente el riesgo de infecciones o daños a otros dientes.

¿Por qué es necesario sacar las cordales?

La extracción de las cordales es una decisión importante que puede evitar una serie de complicaciones en la salud bucal a largo plazo. Aunque muchas personas no experimentan síntomas inmediatamente, hay varias razones por las cuales las cordales se deben sacar. A continuación, se detallan los motivos más comunes por los que este procedimiento es recomendado por dentistas y cirujanos maxilofaciales:

Razón Descripción
Evitar infecciones y enfermedades periodontales Las cordales retenidas o parcialmente erupcionadas pueden acumular bacterias, lo que aumenta el riesgo de caries y enfermedades periodontales.
Aliviar el dolor y la inflamación El dolor y la inflamación en la mandíbula y encías es una razón común para extraer las cordales, especialmente si afectan la calidad de vida.
Evitar el desplazamiento de los dientes vecinos Las cordales pueden empujar los dientes adyacentes, alterando su alineación y generando la necesidad de tratamientos ortodóncicos adicionales.
Prevenir la formación de quistes o tumores Las cordales impactadas pueden generar quistes o tumores que dañan el hueso de la mandíbula y los dientes cercanos.
Mejorar la salud bucal a largo plazo La extracción preventiva de cordales evita complicaciones futuras, especialmente en pacientes jóvenes, facilitando la recuperación.
Minimizar el riesgo de daño en los dientes adyacentes Las cordales que ejercen presión sobre los dientes cercanos pueden desgastar el esmalte o causar fracturas y sensibilidad en los dientes.

¿Qué pasa si no me saco las cordales?

Una de las preguntas más comunes entre los pacientes es qué ocurre si se decide no extraer las cordales, especialmente si no causan síntomas evidentes. Si bien algunas personas pueden convivir con sus muelas del juicio sin problemas aparentes, en la mayoría de los casos, mantener las cordales sin extraer puede generar complicaciones a mediano y largo plazo.

A continuación, detallamos las principales consecuencias de no extraer las cordales a tiempo:

Una de las complicaciones más comunes de las cordales no extraídas es el desarrollo de infecciones en el área que las rodea. Las cordales parcialmente erupcionadas suelen dejar una parte de la encía expuesta, creando un espacio donde las bacterias y los restos de alimentos pueden acumularse fácilmente. Esto puede llevar a una inflamación dolorosa conocida como pericoronitis, que en casos graves puede propagarse hacia la garganta o el oído.

Incluso si las infecciones no se presentan de inmediato, la falta de higiene adecuada en esta zona puede convertir las cordales en un foco recurrente de problemas.

Cuando las cordales no tienen suficiente espacio para erupcionar, pueden ejercer presión sobre los dientes vecinos, provocando su desplazamiento y causando un apiñamiento dental. Esto es especialmente problemático en personas que han pasado por un tratamiento de ortodoncia, ya que puede arruinar los resultados logrados y hacer necesario un tratamiento correctivo adicional.

Además, este apiñamiento puede dificultar la higiene dental, aumentando el riesgo de caries y enfermedades periodontales en los dientes afectados por el movimiento.

Las cordales impactadas (retenidas dentro de la encía o el hueso) tienen el potencial de desarrollar quistes alrededor de ellas. Estos quistes son sacos llenos de líquido que se forman en el hueso maxilar y, si no se tratan, pueden crecer y destruir el tejido óseo o dañar las raíces de los dientes vecinos. Aunque menos frecuente, también existe la posibilidad de que los quistes se conviertan en tumores, lo que requeriría un tratamiento quirúrgico más invasivo.

La presión continua que ejercen las cordales impactadas sobre el hueso maxilar y los otros dientes puede llevar a un dolor crónico en la mandíbula. Este dolor no siempre se limita a la zona de las cordales; en algunos casos, puede irradiarse hacia la cabeza, el oído o el cuello, provocando malestar general.

Cuando las cordales están en posiciones anormales o parcialmente erupcionadas, su difícil acceso para el cepillado y uso del hilo dental aumenta el riesgo de caries. Estas caries no solo pueden afectar a las cordales, sino también a los dientes cercanos, lo que puede generar infecciones o la necesidad de tratamientos más complejos, como empastes o incluso endodoncias.

El crecimiento descontrolado de las cordales también puede afectar la mordida. Si las cordales superiores o inferiores empujan los dientes hacia posiciones incorrectas, la mordida puede volverse ineficaz, lo que podría causar problemas al masticar y hasta dolor en la articulación temporomandibular (ATM).

No extraer las cordales puede llevar a complicaciones que afecten no solo tu salud bucal, sino también tu calidad de vida. Aunque al principio las muelas del juicio no causen molestias, es importante consultar a un especialista para evaluar su posición y estado, y determinar si las cordales se deben sacar antes de que provoquen problemas más serios. La extracción preventiva suele ser la mejor opción para evitar estos riesgos.

¿Cómo es el procedimiento de la extracción de cordales?

La extracción de cordales es un procedimiento quirúrgico común que, dependiendo de la posición y el estado de las muelas, puede variar en complejidad. A pesar de que muchas personas temen someterse a este tipo de intervención, el proceso es seguro, y los avances en anestesia y técnicas quirúrgicas lo han vuelto más cómodo y eficiente.

A continuación, te explicamos paso a paso cómo es el procedimiento para que sepas qué esperar al momento de la cirugía:

Paso Descripción
Evaluación inicial La Dra. Carolina Gil realizará una evaluación clínica y radiografías para determinar la posición de las cordales y posibles complicaciones.
Anestesia El paciente recibirá anestesia local, sedación consciente o anestesia general, dependiendo de la complejidad de la extracción y las preferencias del paciente.
Incisión en la encía (si es necesario) Si la cordal está retenida o parcialmente cubierta, se hará una pequeña incisión en la encía para acceder al diente.
Extracción del diente El cirujano puede extraer la cordal en una sola pieza o dividirla en partes si está profundamente incrustada o mal posicionada.
Limpieza y cierre Una vez extraída la cordal, el área se limpia y, si se hizo una incisión, se cierra con puntos de sutura absorbibles o no absorbibles.
Postoperatorio inmediato El paciente será observado brevemente para asegurarse de que no haya complicaciones inmediatas antes de ser dado de alta.

La extracción de cordales es un procedimiento de rutina en la odontología moderna, y aunque puede generar algo de incomodidad en los días posteriores, es un paso crucial para prevenir problemas más graves en el futuro. El conocimiento sobre el proceso y los cuidados posteriores permite afrontar la cirugía con mayor tranquilidad, asegurando una recuperación más rápida y cómoda.

¿Duele la extracción de cordales?

Una de las preocupaciones más comunes entre los pacientes es el miedo al dolor durante y después de la extracción de cordales. Aunque es normal sentir algo de ansiedad antes de la cirugía, es importante destacar que los avances en técnicas anestésicas y manejo del dolor han hecho que este procedimiento sea mucho más tolerable de lo que muchos imaginan.

Extracción de cordales

Después de la cirugía, es normal experimentar algunas molestias una vez que el efecto de la anestesia desaparece. Sin embargo, este dolor suele ser manejable con los analgésicos recetados por la Dra. Carolina Gil. Es importante seguir las recomendaciones para tomar los medicamentos de manera adecuada y controlar el malestar.

Recuperación y cuidados después de la extracción de cordales

La recuperación tras la extracción de cordales es una parte crucial del proceso para asegurar una cicatrización adecuada y evitar complicaciones postoperatorias. Los primeros días después de la cirugía suelen ser los más incómodos, pero con los cuidados adecuados, la mayoría de los pacientes se recupera rápidamente sin mayores problemas.

A continuación, te explicamos qué esperar durante la recuperación y los cuidados esenciales que debes seguir para garantizar una pronta mejoría.

El tiempo de recuperación puede variar según la complejidad de la extracción y la respuesta individual del paciente. En general, la mayoría de las personas se siente mejor entre los 7 y 10 días después de la cirugía, aunque algunas molestias leves pueden durar más tiempo, especialmente si la extracción fue complicada.

Para las primeras 24-48 horas, es normal experimentar dolor moderado, hinchazón y algo de sangrado leve. Sin embargo, estos síntomas deberían ir disminuyendo gradualmente. En los casos de extracciones más simples, los pacientes pueden retomar sus actividades normales en unos pocos días, mientras que, en extracciones más complicadas, como aquellas donde las cordales estaban impactadas, el tiempo de recuperación podría extenderse.

Los primeros días después de la extracción son los más importantes para garantizar una buena recuperación y evitar complicaciones como infecciones o el temido alveolitis seca, que ocurre cuando el coágulo de sangre que protege el área de la extracción se desplaza o se disuelve prematuramente.

Algunos cuidados clave incluyen:

  • Evitar escupir o enjuagar la boca en las primeras 24 horas: Esto es esencial para permitir que el coágulo de sangre se forme y se mantenga en el lugar correcto. Hacer gárgaras o enjuagarse demasiado fuerte puede desplazar el coágulo y ralentizar la cicatrización.
  • Cambiar la gasa con regularidad: Tu cirujano te dará gasas para morder en el área de extracción. Cambiar estas gasas cada 30-45 minutos, mientras el sangrado persiste, es importante para mantener la zona limpia y favorecer la coagulación.
  • Aplicar compresas frías: Colocar una bolsa de hielo sobre la mandíbula durante 10-15 minutos en intervalos de una hora ayuda a reducir la inflamación y el dolor.

Mantener una buena higiene bucal después de la cirugía es fundamental para prevenir infecciones, pero es necesario hacerlo con cuidado para no irritar el área de la extracción.

Durante los primeros días después de la extracción de cordales, es importante seguir una dieta adecuada para no interferir con la recuperación y evitar que los alimentos irriten la zona de la extracción.

El descanso es esencial en los primeros días de la recuperación. Es importante evitar cualquier tipo de actividad física intensa o ejercicio en las primeras 48-72 horas tras la cirugía, ya que esto puede aumentar el flujo sanguíneo a la zona de la extracción y provocar un sangrado excesivo o retrasar la cicatrización. Después de ese tiempo, puedes reanudar gradualmente las actividades, siempre escuchando las señales de tu cuerpo.

Aunque la mayoría de las extracciones de cordales se resuelven sin complicaciones, es importante estar atento a ciertos síntomas que podrían indicar un problema. Debes contactar a tu dentista o cirujano si experimentas:

  • Dolor severo que no mejora con analgésicos.
  • Sangrado intenso que no disminuye después de varias horas.
  • Fiebre o signos de infección, como pus o mal olor en la zona de la extracción.
  • Alveolitis seca: Si experimentas un dolor agudo unos días después de la cirugía y parece irradiarse a otras partes de la cara, es posible que tengas alveolitis seca. Esto ocurre cuando el coágulo de sangre se desplaza y deja el hueso expuesto, lo que provoca un dolor intenso.

Extracción de cordales y ortodoncia: ¿Cómo se relacionan?

Una de las preguntas más frecuentes que surge cuando se habla de ortodoncia es si las cordales se deben sacar antes, durante o después de haber tenido un tratamiento ortodóncico. La relación entre las cordales y la ortodoncia es importante, ya que estas muelas del juicio pueden afectar la alineación de los dientes y los resultados obtenidos tras el uso de brackets o alineadores.

Extracción de cordales antes de un tratamiento de ortodoncia

Es común que los ortodoncistas recomienden evaluar la posición de las cordales antes de iniciar un tratamiento de ortodoncia. En algunos casos, las cordales aún no han erupcionado completamente, pero se puede prever que podrían interferir en el alineamiento de los dientes o en los resultados del tratamiento. Si las cordales están retenidas o muestran signos de que podrían causar problemas en el futuro, la extracción preventiva antes de iniciar el tratamiento ortodóntico es una buena opción.

Extracción de cordales durante el tratamiento ortodóncico

En algunos casos, los ortodoncistas optan por dejar que las cordales erupcionen mientras los brackets o alineadores están en su lugar. Sin embargo, si las cordales comienzan a causar dolor, apiñamiento o molestias, pueden ser extraídas durante el tratamiento. Esta estrategia permite corregir cualquier cambio en la alineación dental mientras las muelas del juicio erupcionan, asegurando que los dientes no se desplacen después de la cirugía.

Extracción de cordales después de un tratamiento de ortodoncia

Uno de los temores más comunes entre los pacientes que han tenido tratamiento de ortodoncia es que sus dientes se desplacen una vez que las cordales empiecen a erupcionar. Esto ha llevado a muchos ortodoncistas a recomendar la extracción de cordales después de retirar los brackets o alineadores, como una medida preventiva para evitar el desplazamiento de los dientes alineados.

¿Es siempre necesario sacar las cordales en pacientes con ortodoncia?

No todos los pacientes que han tenido ortodoncia necesitan extraer las cordales. La decisión de si las cordales se deben sacar depende de varios factores, como la cantidad de espacio disponible en la mandíbula, la posición de las muelas del juicio y la salud bucal general del paciente.

¿Qué comer después de la extracción de cordales?

Después de la extracción de cordales, es fundamental prestar atención a tu dieta para asegurar una recuperación rápida y sin complicaciones. Durante los primeros días postoperatorios, es probable que experimentes algo de dolor, hinchazón e incomodidad al masticar, por lo que es esencial elegir alimentos blandos y fáciles de consumir que no irriten la zona de la extracción ni interfieran con la cicatrización.

¿Por qué elegir a la Dra. Carolina Gil para la extracción de tus cordales?

La Dra. Carolina Gil es una especialista en cirugía maxilofacial con amplia experiencia en la extracción de cordales, brindando atención personalizada y de alta calidad a cada uno de sus pacientes. A continuación, te explicamos por qué deberías confiar en la Dra. Gil para este procedimiento: 

Dr. María Carolina Gil - Cirujana Maxilofacial - Cirugía Maxilofacial en Bogotá

La extracción de cordales es un procedimiento común en la odontología moderna, pero es crucial comprender por qué y cuándo las cordales se deben sacar para evitar futuras complicaciones. Ya sea por la falta de espacio, la posible aparición de infecciones, o el riesgo de desplazamiento de otros dientes, extraer las muelas del juicio en el momento adecuado puede evitar problemas de salud bucal a largo plazo.

Es importante estar bien informado y preparado para la cirugía. Saber qué esperar en términos de procedimiento, dolor postoperatorio y cuidados posteriores te ayudará a afrontar la intervención con mayor tranquilidad y confianza. Además, prestar atención a los cuidados postoperatorios, la alimentación adecuada y el seguimiento con tu dentista garantizará una recuperación rápida y sin complicaciones.

En última instancia, la extracción de cordales es una decisión que debe tomarse con la orientación de un profesional. No todas las cordales necesitan ser extraídas, pero cuando se recomienda, es por el bien de la salud dental y para prevenir problemas mayores en el futuro.

Si tienes dudas sobre si las cordales se deben sacar en tu caso, te recomendamos agendar una cita con la Dra. Carolina Gil, cirujana maxilofacial, quien podrá evaluar tu situación específica y ofrecerte el mejor consejo sobre cómo proceder.

Preguntas frecuentes sobre extracción de cordales

No siempre es necesario extraer las cordales, pero en muchos casos, es recomendable para evitar complicaciones futuras. Las cordales pueden causar problemas si están retenidas, crecen en una posición incorrecta o no tienen suficiente espacio para erupcionar adecuadamente. Los dentistas a menudo sugieren la extracción preventiva para evitar infecciones, desplazamiento de otros dientes, y el desarrollo de quistes o tumores. Sin embargo, si las cordales crecen de manera correcta y no presentan síntomas, no siempre es necesario extraerlas.

La mejor edad para considerar la extracción de cordales es entre los 16 y 25 años. Durante este período, las raíces de las cordales aún no están completamente formadas y los huesos de la mandíbula son más flexibles, lo que hace que el procedimiento sea más sencillo y la recuperación más rápida. En pacientes mayores, las raíces están completamente desarrolladas, lo que puede hacer que la extracción sea más complicada y el tiempo de recuperación más prolongado.

La duración de la extracción de cordales varía dependiendo de la complejidad de la cirugía y de cuántas cordales se vayan a extraer. En promedio, la extracción de una cordal puede tardar entre 20 y 40 minutos. Si las cordales están retenidas o impactadas, el procedimiento puede ser más largo, pero en general, no suele durar más de una hora por cada diente. Es posible que se te extraigan varias cordales en una sola sesión para minimizar el número de visitas.

La recuperación tras la extracción de cordales suele durar entre 7 y 10 días, dependiendo de la complejidad de la cirugía. En los primeros 2 a 3 días, es normal experimentar inflamación, dolor y algo de sangrado. Estos síntomas disminuyen gradualmente. Durante la primera semana, deberás seguir una dieta de alimentos blandos y fríos, evitar actividades físicas intensas y seguir las recomendaciones de higiene bucal para evitar infecciones. La mayoría de las personas pueden retomar sus actividades cotidianas después de los primeros días, aunque la recuperación completa del área puede tomar varias semanas.

El procedimiento en sí no es doloroso, ya que se utiliza anestesia local, sedación consciente o anestesia general para asegurarse de que el paciente no sienta dolor durante la extracción. Después de la cirugía, es normal experimentar dolor leve a moderado, que puede ser controlado con analgésicos recetados o de venta libre. El dolor es más intenso en los primeros días después de la extracción, pero tiende a disminuir gradualmente. Aplicar hielo en la zona y descansar también ayuda a aliviar las molestias.

Si experimentas dolor intenso después de los primeros 2 a 3 días de la cirugía, es importante contactar a tu dentista o cirujano. El dolor agudo y prolongado puede ser un signo de alveolitis seca, una complicación en la que el coágulo de sangre se desplaza o se disuelve, exponiendo el hueso y los nervios. Esto puede causar un dolor severo que puede irradiarse a otras partes de la cara. En caso de alveolitis seca, el dentista puede realizar un tratamiento para aliviar el dolor y promover una cicatrización adecuada.

No extraer las cordales cuando es necesario puede provocar una serie de complicaciones a largo plazo, como:

  • Infecciones: Las cordales parcialmente erupcionadas son propensas a acumular bacterias, lo que puede provocar infecciones crónicas.
  • Apiñamiento dental: Las cordales pueden empujar los dientes cercanos, causando problemas de alineación.
  • Desarrollo de quistes: Las cordales impactadas pueden estar rodeadas por quistes que dañan el hueso o las raíces de los dientes cercanos.
  • Dolor y malestar crónicos: La presión de las cordales impactadas puede generar molestias persistentes en la mandíbula o los dientes cercanos.

Por estas razones, es importante consultar con un especialista para evaluar si las cordales se deben sacar.

En la mayoría de los casos, los pacientes pueden retomar actividades normales ligeras dentro de los primeros 2 a 3 días después de la extracción de cordales. Sin embargo, es recomendable evitar actividades físicas intensas, como deportes o levantamiento de pesas, durante al menos una semana, ya que el esfuerzo físico puede aumentar el riesgo de sangrado y retrasar la cicatrización. Si tu trabajo o actividades diarias no requieren mucho esfuerzo físico, es probable que puedas reincorporarte después de un par de días. Consulta con tu dentista para obtener recomendaciones específicas según tu situación.

Dra. Carolina Gil – Estética Dental de Alta Calidad

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